LAS SEUDO-CIENCIAS: UN RETO... ¿PARA QUIÉN?
por Antonio Sánchez Ibarra
Octubre 4, 2004
¿ Y usted... de que signo es ? ¿ Me puede decir mi horóscopo ? ¿ Cuántos
ovnis ha visto ? ¿ Ya conoce el mensaje de las pirámides ? ¿ Sabe que
podemos viajar por las dimensiones ?
Cuando escribí mi libro "101 Preguntas Clásicas de Astronomía", no incluí
las preguntas anteriores y muchas otras más que proyectan claramente el
avance de las seudo-ciencias no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial
como un claro reflejo de la predominancia de un sistema mercantil sin ningún
sentido social.
He pensado en ocasiones, el escribir otro libro que aborde directamente este
tipo tan especial de preguntas. Quizá lo haré...
Pero por ahora, vale la pena el reflexionar un poco, de acuerdo a mi
experiencia y perspectiva, el significado de todo esto. Algo no tan fácil,
pero que me anima hacerlo aquella sentencia del maestro Carl Sagan cuando al
respecto decía: "Este juicio no podemos perderlo por falta de
comparecencia".
Me encanta la expresión en portugués para expresarse de los aficionados a la
Astronomía: "Amadores...". Es en verdad, el estar simplemente enamorado de
algo, como siempre lo he discutido. Triste, en verdad triste, para aquellos
quienes nos alejáramos del origen propio de cualquier astrónomo, por más
"profesional" que sea: El encanto del cielo estrellado, de ver la Luna a
través del telescopio o de simplemente localizar la nebulosa anular de la
Lyra.
Mantenerse en esa óptica, nos mantiene muy, muy cerca de la sociedad civil,
ausente de información... de calidad, porque si ahora tenemos algo, es
comunicación, mas no necesariamente buena comunicación.
Lo anterior permite preguntarse: ¿Para quién es el reto del avance de las
seudo-ciencias? Como siempre, el pastel puede ser repartido. Lo intentaré
tomando como referencia obvia nuestro país, aunque intentaré siempre
extrapolarlo porque es un problema mundial:
* Para el sistema educativo.
Nuestro sistema educativo enfatiza una educación "científica" desde
cualquier punto de vista. Esto, quisiera suponer, intenta aplicarse en el
resto del mundo y, con preponderancia, en los países industrializados. Sin
embargo, tenemos un amplio margen de la comunidad que cae presa fácil de
cualquier rumor o noticia seudo-científica. ¿Qué ha fallado? Quisiera pensar
que aunque se haya vertido información científica, en mayor o menor
cantidad, esto no basta: las bases de una actitud científica se encuentran
entre un exquisito balance de la curiosidad y el escepticismo.
* Para los mentores.
Sin generalizar, yo tuve enfrentamientos fuertes con maestros que vertían su
perspectiva personal creyendo que las pirámides las construyeron
extraterrestres u opinando sobre el tarot en plena clase, pasando por encima
del ordenamiento educativo de enseñar con una visión científica. Fuera de mi
experiencia, es frecuente la información de que el fenómeno se repite.¿Enseñamos lo que debemos o lo que creemos?
* Para los medios.
Con sus muy contadas excepciones, casi un épsilon, los medios tienen como
propósito fundamental el vender y ahora, más que nunca, a costa de cualquier
cosa. El amarillismo o la prostitución no se concretizan en una imagen de un
cuerpo destrozado o un cuerpo desnudo: amarillismo es el exaltar una
información falsa y prostitución el propugnar por valores falsos. Gran parte
de los medios, en cualquier lugar, orbitan alrededor del comercialismo antes
del sentido de compromiso social.
* Para los científicos.
Ciertamente el ámbito científico es terriblemente absorbente en la
investigación. Tiempo quisiera uno para evitar incluso la burocracia de
informes y tramites en aras del trabajo de la investigación. Pero... estamos
en una situación no de necesidad, sino de urgencia, ante las posibilidades
futuras de desarrollo de la ciencia. Esa oportunidad no surgirá del
congreso, del senado, o del presupuesto que se otorgue, sino de una
comunidad con una cultura científica mínima que este consciente de que el
desarrollo futuro sólo puede darse con apoyo a la ciencia. De la
reproducción misma. No nos podemos quejar de que no haya estudiantes
interesados en las ciencias o en la Astronomía si no somos objeto inspirador
de ello. Eso implica "robar" tiempo al cubículo y salir a la calle, a la
escuela, al evento cultural o a la plaza, para llevarle al ciudadano común
el sentido real de la ciencia.
* Los estereotipos.
Tiempo ha y con todo propósito, que la imagen del científico ha sido
tergiversada. "Son genios", "Son dotados", "Son únicos". "Tienen que estar
tan despeinados y ausentes del mundo como Einstein (lo cual además es
falso). NO ES CIERTO. Son personas comunes y corrientes que simplemente se
han enamorado de la ciencia, en la misma magnitud e intensidad de quien se
enamora del canto, de podar el jardín o administrar cuentas. Es la pasión,
cuando alguien realiza lo que le gusta, lo que implicará disciplina,
dedicación y trabajo.
* Los "amadores". Si. Aquellos que somos amantes de la Astronomía. Que hacer
contra los monstruos de las televisoras y los medios que ensalzan a los
charlatanes, que garantizan la columna de horóscopos y que dan cabida al
absurdo más absurdo entre los absurdos. Simplemente el hacer trabajo
efectivo. Hacer lo que los "profesionales" no hacemos, con el lenguaje
cordial, de divulgación, no de vulgarización, para que cada vez más personas
tengan la información adecuada o... al menos, la inquietud por preguntar a
alguien más al respecto.
Como verán, creo que todos estamos involucrados. ¿Tomamos nuestra parte?
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