TRAGEDIAS ESPACIALES
por Antonio Sánchez Ibarra
Febrero 8, 2003
La tragedia espacial ocurrida el pasado sábado 1 de febrero con el
trasbordador espacial Columbia, es la cuarta que ocurre durante un vuelo
espacial e incrementa el número de victimas de 11 a 18 en los 41 años que
tienen los vuelos tripulados.
Todas las misiones espaciales tripuladas tienen implícitos una gran
cantidad de riesgos. El simple hecho de colocar astronautas sobre un
cohete cargado con miles de litros de combustible, es equivalente a
sentarlos sobre una bomba que esta controlada.
Vivir y maniobrar en el espacio, fuera de la atmósfera terrestre, también
significa gran cantidad de riesgos que pueden ir desde fallas en los
sistemas hasta la perforación del fuselaje de la nave ante el impacto de
un meteorito. Las mismas caminatas especiales que frecuentemente realizan
los astronautas, están sometidas a estos mismos riesgos.
El mejor ejemplo de los riesgos en pleno vuelo, esta representado con el
accidente que tuvieron los astronautas del Apolo 13 en marzo de 1970
cuando se dirigían a realizar el tercer alunizaje en la superficie lunar.
Ya en trayectoria hacia la Luna, una parte del Modulo de Servicio explotó
debido a un corto circuito, deshabilitando los sistemas de supervivencia
para la tripulación. La misión de descenso en la Luna tuvo que ser
suspendida para utilizar el módulo lunar como bote salvavidas, continuar
el viaje hacia la Luna para asistirse de su gravedad y retornar a la
Tierra no sin vences grandes dificultades durante varios días de tensión.
Años atrás, el 27 de enero de 1967, tres astronautas habían fallecido sin
encontrarse en vuelo. La tripulación de lo que debería ser el primer vuelo
del Proyecto Apolo, Virgil I. Grissom, Edward White y Roger Chaffe,
murieron asfixiados al producirse un corto circuito en el Módulo de
Comando del Apolo 1 en plataforma de lanzamiento. Ellos realizaban uno de
los cientos de ensayos que tienen que efectuarse en preparativo para cada
misión. La atmósfera de oxigeno puro en la nave y el retardo en poder
abrir la escotilla de la nave, provocaron este desenlace.
Pero la primera tragedia espacial en vuelo, la vivieron los soviéticos. En
abril de 1967, sólo tres meses después de la tragedia del Apolo 1,
Vladimir M. Komarov regresaba de una misión espacial en órbita de la
Tierra donde había probado la primera nave de tipo Soyuz y, en el
descenso, el paracaídas de su nave no se abrió apropiadamente al enredarse
las cuerdas que lo sostienen. Esto provocó que se estrellara en la estepa
rusa y tuviera una muerte instantánea.
La segunda tragedia ocurrió en junio de 1971, donde murieron también tres
cosmonautas de la entonces Unión Soviética. Georgi Dobrovolsky, Vladislav
Volkov y Viktor Patsayev habían viajado al espacio en el Soyuz 11 para ser
la primera tripulación de la recién lanzada estación espacial Salyut 1.
Sin embargo, al regreso, la falla de una válvula de presión y el descender
sin trajes presurizados, provocó que escapara todo el aire muriendo
asfixiados. Al abrir la escotilla de la nave, los tres astronautas se
encontraban muertos.
Quince años después vendría la siguiente tragedia, esta vez para los
americanos.
Prácticamente todos los niños de la unión americana presenciaban el
lanzamiento de la misión 51-L del trasbordador espacial con el
Challenger. A bordo, se encontraba la primera maestra que viajaba al
espacio, Christa McAullife, quien impartiría clases desde órbita
terrestre. Súbitamente, a los 73 segundos de iniciado el lanzamiento, la
nave explotó en una gigantesca nube de humo en un shock traumático para
presentes y televidentes.
En esa ocasión la falla fue un anillo de sello en uno de los cohetes
boosters que permitió el escape de gas calentando el tanque central de
combustible hasta que explotó. Los siete astronautas fallecieron.
Veintidós meses estuvieron suspendidos los vuelos de los transbordadores
hasta que se modificaron estrategias de seguridad.
Finalmente, la tragedia ocurrida el sábado 1 de febrero, puede estar
fuertemente asociada con un trozo de aislante que a los 80 segundos del
lanzamiento, se desprendió del tanque central dañando el ala izquierda del
Columbia. El daño tuvo consecuencias cuando la nave regresaba al elevarse
la temperatura a 1540 C, ocasionando la explosión en la que perecieron de
nuevo siete astronautas, incluyendo una de origen hindú y uno de origen
israelí.
En 40 años de exploración espacial tripulada, ha habido cuatro accidentes
fatales o uno por década en promedio. Esperemos que pase mucho más tiempo
para el siguiente. |