LA SOCIEDAD ASTRONÓMICA ORIÓN A 30 AÑOS
por Antonio Sánchez Ibarra
Enero 9, 2002
Este 30 de enero del 2002, la Sociedad Astronómica Orión de Nogales, SAO,
habría de cumplir 30 años de existencia.
La existencia de la SAO marca un hito en el desarrollo de la Astronomía en
Sonora. Se ubica el interés fundamental en esta ciencia mas que nada por
esfuerzos individuales en la Universidad de Sonora desde la década de
1950. Sin embargo, el primer grupo dedicado a esta ciencia fue
precisamente la SAO.
Los esfuerzos iniciales una vez creada esta Asociación Civil, estarían
encaminados a construir un Observatorio Astronómico en la ciudad
fronteriza. Para ello, Oscar Monroy Rivera habría de conseguir un terreno
en la cima de la primera punta de la cadena montañosa que parte al sur de
la otrora cañada Celaya, actualmente conocida como Calle Jesús Antonio
Solís. Ahí, a punta de esfuerzo y después de emparejar un terreno
básicamente de granito, habría de ser levantada una pared circular
de bloque con diez metros de diámetro y 2.40 m de altura. El siguiente
paso era conseguir un domo para el edificio.
Las gestiones en búsqueda de apoyos nunca tuvieron eco. Lo ultimo que
logro hacerse para el edificio fue colocar una puerta metálica e inaugurar
una placa el 28 de diciembre de 1973 con la frase "Los pueblos que no
aspiraron a ser mas de lo que son, no pueden ser objeto de la historia",
de Américo Castro. Al paso de los años, la placa fue hurtada así como la
puerta y lentamente el edificio derruido. El terreno, en litigio
irregular, se habría de perder.
Los esfuerzos entonces se centraron en hacer Astronomía, tanto en tarea de
divulgación como observación durante los siguientes años. Los pilares en
esta tarea habrían de ser sus fundadores, Maria Arriola de Maldonado, José
Maldonado Arriola y Antonio Sánchez Ibarra. Desde una pequeña oficina
ubicada en la Calle Rosario, habrían de surgir numerosas actividades en
los siguientes años.
Los archivos de observación de la SAO agrupan cientos de observaciones de
inspección efectuadas a prácticamente todos los objetos celestes al
alcance de pequeños telescopios. Para ello, el principal instrumento de la
organización era un telescopio reflector de 20 cm llamado "Kiriakys", en
honor de Don Demetrio Kiriakys que lo había donado a la SAO.
La actividad de divulgación habría de ser tan intensa como la de
observación. Se impartían conferencias en las escuelas así como
observaciones publicas. De recordarse es el eclipse total de Luna de 1975
el cual fue observado desde el entonces CETYS y transmitido por completo
por la radio con detallada descripción del fenómeno y comentarios de los
participantes.
En 1976 la SAO habría de ofrecer el primer Curso Básico de Astronomía en
la historia de la Entidad. Posteriormente se implementaron Cursos de
Astronomía para niños que eran dictados en las mismas oficinas del
organismo.
Un sistemático trabajo de observación solar se desarrollaba a la par de
otras observaciones. El seguimiento a la actividad solar, habría de dar
origen a una investigación sobre el comportamiento de las manchas solares
en su distribución sobre el disco solar, dando lugar al trabajo denominado "A80", que posteriormente habrían de ser presentados sus resultados en un
Congreso en la Universidad de California, en San Diego.
Otra de las actividades muy intensas y posibles en aquella época, fue la
de guiar y apoyar en la instrucción a grupos escolares que, no solo de
Nogales, sino de Hermosillo, Guaymas, Cd. Obregón, Navojoa y Sahuaripa,
viajaron a visitar el Observatorio Nacional de Kitt Peak y el Planetario Flandrau de la Universidad de Arizona. Aproximadamente 3750 estudiantes en
75 viajes fueron llevados a estos viajes de estudio.
La membresía de la SAO fue muy variable todo el tiempo. Oscilo de tres
hasta 15 miembros en ocasiones, con diferente nivel de interés y
participación.
La SAO fue reconocida a nivel mundial como un grupo fuerte de impulso para
la Astronomía en México. Aunque su actividad como grupo disminuyo a final
de la década de los ochenta, en lo individual se ha mantenido y sus
miembros siguen participando esporádicamente en observaciones y, ante
todo, en compartir a otros su amor por esta ciencia.
|