POLVO DE ESTRELLAS A LA TIERRA
por Antonio Sánchez Ibarra
Enero 8, 2006
Alrededor de las 02:57 horas del próximo domingo 15 de enero, observadores
en el norte de California, Nevada y Utah, verán un objeto luminoso cruzando
el cielo de Oeste a Este. Será una cápsula pequeña de forma cónica de apenas
81 cm de diámetro por 49 cm de altura que estará concluyendo un viaje de
4630 millones de kilómetros. Se llama Stardust (polvo de estrellas).
Pocas sondas automáticas enviadas al espacio regresan a la Tierra, pero en
el caso de Stardust, contiene una carga preciosa: información del orígen de
nuestro Sistema Solar.
Como todos los proyectos espaciales, Stardust se concibió a finales de la
década de 1980. El objetivo: encontrarse con un cometa y colectar muestras
de polvo del mismo para traerlas de regreso a Tierra y ser analizadas en
laboratorios.
Años de diseño, cálculos y selección de instrumentos y el mismo cometa que
sería estudiado, fructificaron el 7 de febrero de 1999 cuando Stardust
estaba siendo lanzada por un cohete Delta II desde el puerto espacial de
Cabo Cañaveral en la Florida para iniciar su viaje de 7 años.
Stardust fue colocada en una órbita alrededor del Sol que la llevaría a
encontrarse con un pequeño cometa pero además, un año y medio antes del
encuentro, tendría oportunidad de observar al asteroide Anna Frank, nombrado
así en honor de la niña judía que sucumbió en un campo de concentración
nazi. El encuentro ocurrió el 2 de noviembre de 2002.
El 2 de enero de 2004, en una maniobra sin problemas, Stardust se aproximó a
sólo 236 kilómetros del cometa Wild 2. Durante el encuentro, además de
obtener imágenes del núcleo del cometa, la cápsula de Stardust se abrió y un
sistema colector de polvo se extendió. Dotado de un material llamado
aerogel, el colector estuvo capturando polvo del cometa en su acercamiento.
Fundamental en este caso era el que tales muestras no fuesen contaminadas.
Concluido el acercamiento al cometa, el colector se plegó de nuevo y la
cápsula fue sellada. Vendría de nuevo un solitario viaje de dos años para
encontrarse de nuevo con la Tierra y regresar la cápsula con el polvo del
cometa.
El plazo se esta cumpliendo. Stardust se dirige en estos momentos hacia la
Tierra y la distancia se acorta. El pasado 5 de enero, los motores de la
sonda fueron encendidos durante minuto y medio para hacer la penúltima
corrección de rumbo en la trayectoria que garantice la llegada de la
cápsula.
En caso extremo de que la sonda se desviara, existe el plan "B", de encender
los motores de nuevo para ubicar la sonda en otra órbita alrededor del Sol
que trajera la cápsula a la Tierra dentro de 3.5 y 4 años, en caso extremo.
Pero si todo sale bien, a las 22:57 del sábado 14 de enero y a una distancia
de 110,728 km de la Tierra, la cápsula será separada del resto de la sonda
aplicándole un giro de 15 revoluciones por minuto para mantener la
orientación de la cápsula.
Sólo 15 minutos después de la separación, el resto de la sonda encenderá de
nuevo sus motores para cambiar su trayectoria y no chocar con la Tierra.
A partir de esta separación, la cápsula estará dirigiéndose hacia la Tierra
aumentando cada segundo su velocidad.
Cuatro horas después, a las 02:57 tiempo local, la cápsula estará ingresando
a la atmósfera de la Tierra a una altura de 125 km de altura y a 886
kilómetros del punto de aterrizaje. Aquí habrá de romper el record del
objeto entrando a la atmósfera de la Tierra a mayor velocidad, que será de
12.8 km por segundo. El record anterior lo tenían los astronautas del Apolo
10 cuando regresaron de la Luna en 1969 a una velocidad de 11.1 km / segundo.
Cientos de astrónomos profesionales y aficionados de California, Nevada y
Utah, estarán observando el descenso de la cápsula que deberá alcanzar,
durante algunos segundos, el brillo del planeta Venus.
En los primeros minutos de la entrada a la atmósfera, varios sistemas
estarán dando seguimiento al descenso de la cápsula que, por la fricción,
alcanzará una alta temperatura. Un escudo térmico especial de carbono
evitará que la nave se consuma por el alto calor. Ciento dieciseis segundos
después se abrirá el primer paracaídas para guiarla a una altura todavía de
32 km de la superficie.
A una altura de 24 km de la Tierra el descenso de la cápsula ya será
vertical sobre el punto de aterrizaje. A 3 km de altura, se abrirá un gran
paracaídas y un transmisor comenzará a emitir una señal para ser fácilmente
localizada.
Finalmente, a las 03:12 horas, 15 minutos después de haber iniciado su
ingreso a la atmósfera, la cápsula debe estar tocando tierra en el Desierto
de Utah a una velocidad de 4.5 m/seg. Justo al momento del impacto, el
paracaídas será cortado automáticamente para evitar que la cápsula sea
arrastrada. La zona de aterrizaje es un área seleccionada de 44 X 76
kilómetros.
Tres helicópteros deberán de localizar la cápsula y verificar que ningún
explosivo quede por detonar. Asegurarán el área, tomarán muestras del suelo
alrededor de la cápsula y esta misma habrá de ser llevada directamente a los
laboratorios del Centro Espacial Johnson, en Houston, Texas.
Será la segunda vez que material extraterrestre es examinado en este
laboratorio. La primera ocasión, fue cuando los astronautas de las misiones
Apolo traían muestras lunares.
El análisis de las muestras se realizará en principio, por los científicos
involucrados en la misión. Posteriormente, las muestras serán liberadas para
que cualquier astrónomo las estudie.
Los cometas proceden de la llamada Nube de Oort: restos de la nebulosa
original donde se formó nuestro Sistema Solar hace cinco mil millones de
años. Ahí radica la importancia de estudiar este material que arrojará
importante información sobre la naturaleza del mismo.
Mientras tanto, el resto de la sonda Stardust continuará girando alrededor
del Sol esperando la oportunidad de fondos para aprovechar su ubicación y
encontrarse con algún otro cometa o asteroide para obtener imágenes, aunque
el procedimiento de tomar muestras ya no estará incluido.
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