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 DIVULGACION
Artículos de Divulgación en Astronomía

 

"NUESTRO NUEVO SISTEMA PLANETARIO"

por Antonio Sánchez Ibarra

Agosto 16, 2006

 

Nos encontramos a unos cuántos días de que un concepto milenario se modifique: La definición sobre que tipo de cuerpo puede ser denominado planeta.

Originado del latín que a su vez tomó del griego "planetës" y que significa vagabundo o errante, planeta por principio fueron calificados los únicos cinco puntos luminosos visibles a simple vista con movimiento en el cielo estrellado: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.

Aunque Aristarco de Samos en la antigüedad propuso que la Tierra giraba alrededor del Sol, Aristóteles propuso la concepción geocéntrica que prevaleció por dos mil años y planteaba que todos los cuerpos, incluyendo al Sol y la Luna giraban en torno a la Tierra. Tal modelo fue desplazado por el heliocéntrico en 1543, cuando Nikolas Copernicus demostró que todos los cuerpos, incluyendo a la Tierra, giraban alrededor del Sol. Su modelo sería fortalecido por
Johannes Kepler al descubrir las leyes de movimiento planetario.

El siguiente cambio importante en el Sistema Planetario sería el descubrimiento de Urano en 1781 por Sir William Herschel, modificando el escenario del Sistema Solar. En 1846, sería descubierto Neptuno en base a los cálculos matemáticos de John Adams y Urban Le Verrier y, finalmente, en 1930 Clyde Tombaugh descubriría a Plutón.

Adicional al hecho de ser cuerpos girando alrededor del Sol, se incluía la característica para ser planeta, de no emitir luz propia y ser visiblesúnicamente al reflejar la luz del Sol.

En la década de 1960, el famoso astrónomos americano Gerald Kuiper, predijo la existencia de una gran cantidad de cuerpos más allá del planeta Neptuno como remanentes de la nube original donde se formó el Sistema Solar hace 5000 millones de años.

Especialmente durante las décadas de 1960 y 1970, varios astrónomos habrían de buscar al décimo planeta que debía orbitar alrededor del Sol más allá del planeta Plutón. Aunque hubo diversos cálculos que incluso estimaban la región donde debía buscarse al supuesto planeta, nunca hubo resultados.

Treinta años después, en 1992, un grupo de astrónomos de la Universidad de Hawai descubriría el primer objeto transneptuniano. En honor a quien lo
predijo, se denominó Cinturón de Kuiper a esa región donde habrían de ser descubiertos, hasta la fecha, más de 800 objetos.

Sin embargo, el continuo descubrimiento de estos objetos, algunos casi tan grandes y al menos uno mayor que Plutón, desató la controversia de que
realmente Plutón no debía ser considerado planeta, sino uno más de los objetos del cinturón de Kuiper.

La opinión de la comunidad astronómica se dividió, especialmente cuando se anunció el año pasado el descubrimiento de lo que tendría que ser
considerado como el décimo planeta, llamado provisionalmente Xena e incluso con un satélite natural.

De ahí que parte de los astrónomos consideraran el mantener el estatus de planeta para Plutón, mientras otros planteaban que fuese desbancado a la
categoría de objeto del cinturón de Kuiper.

Pero la decisión final depende de un organismo: La Unión Astronómica Internacional, IAU, la cual tiene una comisión de nomenclatura y esta encargada de asignar nombres y definiciones a nuevos cuerpos.

Tal problema radica principalmente en definir un concepto. ¿Qué es finalmente un planeta? ¿Sólo un cuerpo que gira alrededor del Sol? Entonces hay miles de planetas porque tendríamos que considerar a los asteroides y los cometas también tendrían que ser definidos como tales, simplemente porque giran alrededor del Sol.

¿Es un cuerpo que al menos tiene el diámetro de Mercurio y Plutón que son los más pequeños? Entonces tendríamos que llamar planetas a Ganymedes y
Titán, satélites naturales de Júpiter y Saturno que son más grandes que tales planetas: Mercurio y Plutón.

La controversia provocó que la comisión de la IAU tuviera que programar una reunión con el propósito específico de obtener tal definición del concepto de planeta. Tal revisión se produce actualmente en la asamblea de la IAU en Praga, a la cual asisten más de 3000 astrónomos y la cual se extenderá toda la semana, anunciándose que un veredicto podría hacerse público el 24 de agosto.

Hasta ahora, los criterios que se están manejando para calificar a un objeto como planeta son:

1) Que tenga masa suficiente para su gravedad autóctona. Eso significa que no sea satélite de otro cuerpo y tenga suficiente masa o cantidad de materia.

2) Que orbite alrededor de una estrella. En este caso, el Sol.

3) Que el objeto tenga más de 800 km. de diámetro, aunque también se propone que pudiese ser de menor tamaño pero con una masa suficiente de
cinco veces diez elevado a 20 kilogramos.

De votarse a favor de estas apreciaciones, el panorama del Sistema Solar tendría cambios trascendentales.

Uno de ellos es que Ceres, el mayor asteroide en el cinturón que se ubica entre las órbitas de Marte y Júpiter, pasaría a tener la categoría de planeta con un diámetro de 973 km.

Caronte o Charon, satélite natural de Plutón con 1200 km de diámetro y girando alrededor de Plutón con un centro de masa fuera de éste, también pasaría a convertirse en planeta. Plutón conservaría su categoría de planeta y finalmente tendríamos un planeta doble: Plutón y Caronte.

El objeto de Kuiper, 2003 UB313, provisionalmente llamado Xena y calificado como el décimo planeta, sería calificado finalmente como planeta.

Tal escenario nos plantea un Sistema Solar que pasa de 9 a 12 planetas y con altas posibilidades de incrementarse en la medida que en el futuro vayan descubriéndose objetos de Kuiper que reúnan tales características.

Así, los libros de texto deberán cambiar. Para quienes hemos vivido nuestra existencia con la idea de un Sistema Solar de 9 planetas, el panorama también cambia por completo.

Y para la pseudo-ciencia de la astrología, les será más difícil explicar sus supuestas predicciones con tres planetas más. Habrá que estar muy atentos al resultado del próximo jueves 24 de agosto, cuando el Sistema Solar tenga un abrupto cambio provocado, no por un nuevo descubrimiento, sino por una variación en un concepto.
 

Este artículo puede ser reproducido en forma impresa o electrónica otorgando los créditos correspondientes.